La creciente incidencia de las enfermedades respiratorias infantiles está ligada a la evolución de los gérmenes responsables de las infecciones respiratorias y al predominio actual de las infecciones vitales sobre las infecciones bacterianas, así como a un conjunto de factores ambientales en los que se asocien la polución del aire y el tipo de vida.
Debido a las particularidades estructurales de su aparato respiratorio, los niños están especialmente expuestos a infecciones respiratorias, de las cuales las más frecuentes y graves, bronquiolitis y neumopatías, pueden tener al final consecuencias fatales sobre la función pulmonar.
La bronquiolitis es un trastorno respiratorio causado comúnmente por una infección viral del tracto respiratorio inferior. Se caracteriza por inflamación aguda, edema, necrosis de las células epiteliales que revisten las vías aéreas más pequeñas, incremento de la producción de moco y broncoespasmo. Son muchos los virus que determinan la aparición de este tipo de síntomas, siendo el más frecuente de ellos el virus sincitial.
Cualquiera que sea la etiología de la obstrucción bronquial los datos epidemiológicos y fisiopatológicos justifican una fisioterapia respiratoria precoz en el niño fundamentada en tres objetivos:
- El objetivo principal es evacuar o reducir la obstrucción bronquial, consecuencia del fracaso de los medios naturales de limpieza bronquial, que permitirá mejorar el intercambio gaseoso y aumentar la presión de oxígeno en sangre de forma inmediata.
- Los objetivos secundarios a corto y medio plazo: la prevención o el tratamiento de la atelectasia y la hiperinsuflación pulmonar.
- En última instancia se trabaja con un objetivo potencial: la prevención de los daños estructurales evitando cicatrices lesionales y la pérdida de elasticidad que las infecciones broncopulmonares causan al aparato respiratorio del niño pequeño.