TOC en niños

El TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) aparece entre la niñez y la adultez temprana. Un 1% de la población infantil entre los 2-4 años desarrolla TOC. Cada vez este trastorno tiene una mayor visibilidad y por ende se hacen diagnósticos más tempranos.

El TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo) aparece entre la niñez y la adultez temprana. Un 1% de la población infantil entre los 2-4 años desarrolla TOC. Cada vez este trastorno tiene una mayor visibilidad y por ende se hacen diagnósticos más tempranos, cosa que realizamos en AI Pediatría en nuestra Unidad de Trastorno Obsesivo-Compulsivo.

¿Cómo se manifiesta el TOC en niños?

Es muy similar  al de los adultos, se caracteriza porque hay presencia de obsesiones: pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y frecuentes que se experimentan como intrusos, involuntarios e inapropiados y causan ansiedad o malestar significativos. La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos, que se conocen como compulsiones.

Las compulsiones pueden ser mentales (p. ej., rezar, contar, repetir palabras en silencio o cualquier respuesta que se dé al pensamiento) o motoras (p. ej., lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones). Son de carácter repetitivo, el individuo se ve obligado a realizarlas en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente.

El objetivo que persiguen es la prevención, reducción del malestar, la prevención de algún acontecimiento o situación negativa; sin embargo, no están conectados de forma realista con aquello que pretenden neutralizar, prevenir o bien resultan claramente excesivos.

Sean de un tipo u otro,  las compulsiones son las que refuerzan las obsesiones; hacen que éstas continúen llegando a la mente de la persona e incluso van creciendo y mutando.

Dentro del TOC hay dos grandes grupos los TOC MENTALES (donde las compulsiones son principalmente mentales) y los TOC MOTORES (caracterizados por compulsiones motoras).

Tipos de TOC más frecuentes:

TOC Mentales:

  • TOC Amor/relacional
  • TOC Homosexualidad
  • TOC Transexualidad
  • TOC Daño
  • TOC Pedofilia/pederastia
  • TOC Supersticioso o mágico
  • TOC Existencial/filosófico
  • TOC Religioso/moral/ético
  • TOC Somático
  • TOC Hipocondriaco
  • TOC Zoofilia

TOC Motores:

  • TOC Contaminación
  • TOC Comprobación
  • TOC Orden y simetría
  • TOC Acumulación

A pesar de la similitud entre adultos y niños, en estos últimos encontramos ciertos aspectos a resaltar:

  • Las obsesiones en la infancia tienen que ver más con las preocupaciones de esa etapa: la muerte de los padres, los robos o agresiones, el temor a los contagios, el sexo como algo prohibido y a veces pensamientos de tipo religioso como pensamientos blasfemos o el temor de ofender a Dios.
  • Los niños más que los mayores a veces no se dan cuenta de que estas preocupaciones no son racionales y no son capaces de criticarlas, las creen de forma completamente subjetiva (p. ej. que alguien puede entrar a robar por la ventana en un décimo piso).
  • Con mucha frecuencia, pedirán a los padres que participen de sus compulsiones o rituales para alejar así el temor. Por ejemplo, que si mamá les da un beso en una mejilla, tiene que dárselo a continuación en la otra “para que no pase nada malo, por la manía de la simetría”.
  • Las compulsiones en los niños no siempre se corresponden con una obsesión “racional”. A veces no hay una justificación subjetiva, sino que el niño debe llevar a cabo el comportamiento un número determinado de veces o con cierta simetría (por ejemplo, debe entrar en la habitación con la pierna derecha y volver a entrar con la izquierda) sólo porque “se siente mejor” o “porque no se queda bien si no lo hace”.

¿Cuándo preocuparse por la posibilidad de que nuestro hijo sufra un TOC? ¿Hay pistas para detectarlo?

Comportamientos que pueden indicar la presencia de TOC en niños:

  • Pasar demasiado tiempo haciendo los deberes por un excesivo perfeccionismo: necesidad de repetir un ejercicio entero por un error sin importancia, tendencia a arrancar y repetir hojas completas del cuaderno, borrar continuamente, repasar con el lápiz o el boli letras o palabras…
  • Tener una preocupación excesiva con los gérmenes o la limpieza: incapacidad para ir al aseo en ningún lugar público, tener kilos de colada porque el niño no quiere ponerse la ropa dos veces seguidas o usar la toalla una segunda vez, gastar demasiado papel higiénico para limpiarse compulsivamente…
  • Necesitar rituales motores larguísimos y complicados a la hora de irse a la cama: el pis (incluso necesitando ir de nuevo si se levanta para cualquier cosa), el agua, el beso a mamá y papá, los muñecos en una posición exacta, las mantas simétricamente colocadas… Con frecuencia cualquier “fallo” hace necesario volver a empezar desde el principio otra vez.
  • Rituales mentales tales como la necesidad excesiva de ser tranquilizado (reaseguración), comprobando varias veces que todo está bien, rezos, demandando continuamente a papá y mamá para que repitan determinadas frases tranquilizadoras o respondan a preguntas sobre miedos.

¿Cómo diferencio los rituales obsesivos de los comportamientos propios de la infancia?

Hay que prestar especial atención para no confundir los rituales obsesivos con las conductas reiterativas, lúdicas o mágicas, propias de la infancia.

Características de rituales obsesivos:

  • A la hora de realizar un ritual el menor lo vive con mucha ansiedad y no de forma lúdica o placentera.
  • En caso de interrumpirse el ritual, el menor siente irritabilidad e incluso manifiesta agresividad.
  • La finalidad del ritual siempre es combatir un temor, nunca lúdica.
  • La vida cotidiana y la funcionalidad del menor se ve interferida.

¿Qué papel juega la familia?

La psicoeducación a las familias es fundamental e imprescindible. Tienen el papel de coterapeutas; son los que, guiados por el profesional, aplican las pautas que el menor va aprendiendo en consulta. 

Normalmente participan de forma activa en los rituales del menor, reforzando así los síntomas. Esto se conoce como Acomodación Familiar y es importante ir reduciéndola de forma paralela al trabajo con el menor.

¿Qué puedo hacer en caso de que mi hijo tenga TOC?

Acudir a un especialista en TOC. La formación y experiencia clínica es fundamental. El TOC es un trastorno único, con una sintomatología única y con un tratamiento único.

La recuperación SÍ es posible y el pronóstico de recuperación es bastante positivo siempre que se lleve a cabo la técnica adecuada.

La Terapia de Exposición con Prevención de Respuesta (EPR) es el tratamiento de primera elección y la única que ha demostrado evidencia científica. Es una técnica perteneciente al modelo Cognitivo-Conductual, cuya finalidad consiste a corto plazo: eliminar los rituales sean mentales o motores que están presentes en el menor y a largo plazo: modificar el funcionamiento de su cerebro.

El TOC no es crónico, si buscamos, cuanto antes, liberar al menor de estos síntomas que tanto malestar le generan.

 

¡Consulta con tu psicólogo si crees que tu hijo tiene rituales obsesivos!

Su recuperación es posible.

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