Todo sobre higiene genital para bebés

Es importante mantener limpios los genitales del recién nacido para prevenir infecciones y mantener sano a tu bebé. Hoy en AI Pediatría te enseñamos cómo hacerlo correctamente.

Es importante mantener limpios los genitales del recién nacido para prevenir infecciones y mantener sano a tu bebé.

Para limpiar los genitales de tu bebé, puedes usar agua tibia y una esponja o toallita especialmente indicada para ellos. No necesitas usar jabón, pero si lo haces, elije uno suave especial para recién nacidos y aplica solo una pequeña cantidad. Asegúrate siempre de eliminar por completo cualquier resto de jabón de los genitales del bebé.

Los mejores momentos para limpiar los genitales de tu pequeño son al cambiarle el pañal y a la hora del baño.

Evita usar talco, incluso alrededor de los genitales, ya que contiene partículas finas que tu pequeño podría respirar.

Cómo limpiar correctamente el pene

Al cambiar el pañal, pasa una toallita o esponja por el abdomen, ombligo, pliegues, muslos, testículos y debajo del pene, para que no queden restos de orina o heces.

Debes limpiar solo el exterior del prepucio. No es necesario retraer ni limpiar la piel del prepucio del pene, ya que se limpia mejor durante el baño. Puedes lavar el prepucio si se retira fácilmente por sí solo. Esto generalmente ocurrirá cuando tu hijo tenga 2-3 años, pero a veces puede no ocurrir hasta la pubertad.

Cómo limpiar correctamente la vulva

Las cremas para pañales, el sudor y otras sustancias como los restos de orina o heces pueden acumularse dentro y alrededor de los labios vaginales.

Para limpiar la vulva de tu bebé, mantén sus piernas separadas y limpia entre los labios con suavidad. Comienza por la parte delantera y limpia suavemente hacia atrás (hacia el ano). Seca con mucho cuidado el área genital con una toalla suave.

Una vez limpios, pásale una esponja o toallita por el abdomen, muslos, pliegues y culete. Cuando esté todo bien seco, puedes aplicar una fina capa de la crema protectora, pero únicamente en las partes externas de los genitales, pliegues y alrededores del ano.

Es posible que observes una secreción parecida a la clara de huevo. Esto es perfectamente normal y no necesitas limpiarlo. Si no estás seguro acerca de cualquier otra secreción, consulta con tu pediatra o doctor de salud infantil y familiar.

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