CÁNCER DE PIEL:
El cáncer de piel es el cáncer más frecuente en humanos, constituyendo un tercio del total de neoplasias, por lo que es muy importante concienciar sobre él a la población general para adoptar unas adecuadas medidas preventivas y hacer un diagnóstico precoz.
Uno de los motivos por los que aparece pueden ser una ampliada exposición al sol, por ello, en estos casos es importante visitar a nuestros expertos en dermatología para que puedan analizar en que estado se encuentra la piel del pequeño y actuar a tiempo en caso de que sea necesario.
Tipos de cáncer de piel
El cáncer de piel se clasifica en dos grandes grupos: el cáncer cutáneo no melanoma (CCNM) y el melanoma. De ellos, el cáncer cutáneo no melanoma, el más frecuente, engloba dos tipos fundamentalmente, el carcinoma basocelular y el carcinoma espinocelular. El primero, el carcinoma basocelular, se caracteriza por ser un tumor localmente agresivo que sólo en casos excepcionales se disemina a otros órganos y que clínicamente suele presentarse como una herida o pequeña úlcera que no cura y que crece cada vez más. El segundo y menos frecuente, el carcinoma espinocelular, se manifiesta como una costra amarillenta que puede sangrar y ulcerarse y que generalmente suele estar precedida de una lesión precancerosa denominada queratosis actínica. En este caso, sí hay que vigilar los ganglios linfáticos regionales dado que en ocasiones este tipo de tumor puede afectarlos. Aunque el CCNM se da con más frecuencia en personas de edad avanzada, su incidencia se ha incrementado un 20% en los últimos 20 años afectándose cada vez más personas más jóvenes.
El tercer tipo de cáncer de piel, el melanoma, es el tipo más agresivo, potencialmente mortal si se deja evolucionar, con un aumento de su incidencia del 180% en hombres y 200% en mujeres en los últimos 20 años. Generalmente son lesiones pigmentadas, siendo muy útil la regla del ‘ABCDEF’ para identificarlos:
A: Asimetría.
B: Bordes irregulares.
C: Color (varios colores).
D: Diámetro mayor de 6 mm.
E: Evolución rápida.
F: Signo del patito Feo (cualquier lesión pigmentada que llame la atención por ser diferente del resto de lunares de una persona).
Cualquier lunar que cumpla alguno de estos criterios debe ser valorada por un especialista para descartar que se trate de una lesión maligna. A diferencia del CCNM, el melanoma presenta dos picos de incidencia, uno a los 20 y otro a los 40 años.
Factores de riesgo
La exposición solar se ha demostrado que es el factor de riesgo que más influye en el desarrollo de un cáncer de piel, pero mientras el CCNM se ha relacionado con una exposición solar crónica, el melanoma está muy relacionado con la exposición solar intensa intermitente, siendo especialmente peligrosas las quemaduras solares producidas en la infancia.
Otros factores que otorgan mayor riesgo para desarrollar un cáncer de piel son: la raza blanca, personas con piel clara, exposición a radiaciones ionizantes o rayos X, antecedentes de inmunosupresión (por ejemplo, personas trasplantadas), úlceras crónicas, quemaduras o cicatrices, la existencia de antecedentes personales o familiares de cáncer de piel y ciertos trastornos genéticos que cursan con un defecto en la reparación del ADN.
Tratamiento
Una vez hecho el diagnóstico, siempre que sea posible el tratamiento quirúrgico será de elección, extirpándose la lesión tumoral con unos márgenes de seguridad adecuados para evitar posibles reapariciones.
En el caso del CCNM, la cirugía puede ser curativa, pero si no es viable se podrá optar por otro tipo de tratamientos para destruir la lesión, como la crioterapia (destrucción por congelación con nitrógeno líquido), la electrocoagulación, la terapia fotodinámica (destrucción de la lesión tras aplicar un fotosensibilizante en la piel que se activa con la aplicación de una fuente de luz), u otros productos que aplicados sobre la piel activan la inmunidad local (como el imiquimod tópico o el 5-fluoruracilo). En casos avanzados, la radioterapia puede ser la única opción, aunque cada día hay más avances que permitirán en un futuro tratar las lesiones más evolucionadas con buenos resultados.
El tratamiento del melanoma es más complejo, estando determinada la actitud a seguir por el grado de infiltración tumoral en profundidad (lo que se mide con el denominado índice de Breslow). Así, en casos de melanomas finos, la cirugía puede ser suficiente, pero en los casos en los que el melanoma tenga mayor grosor habrá que realizar una serie de pruebas complementarias para descartar afectación a distancia y poder actuar en consecuencia.
Prevención
Dado que la exposición solar es el factor de riesgo más importante directamente relacionado con el desarrollo de un cáncer de piel, una adecuada fotoprotección es fundamental para prevenir su aparición. La aplicación de un fotoprotector con un factor de protector solar (FPS) igual o superior a 30, 30 minutos antes de la exposición solar y renovado cada 2 horas mientras dure la exposición, suele ser suficiente, debiendo tener especial precaución las personas con más factores de riesgo añadidos.